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James Fitzmaurice-Kelly.

Cambridge readings in Spaninsh literature online

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conservado siempre entre si los dos famosos bandos de narros y
cadells, no menos celebrados y danosos a su patria que los Giielfos
y Gibelinos de Milan, los Pafos y Medicis de Florencia, los bea-
monteses y agramonteses de Navarra, y los gamboinos y onasinos
de la antigua Vizcaya.

Todavia se conservan en Cataluna aquellas diferentes voces, bien
que espantosamente unidas y conformes en el fin de su defensa:
cosa asaz digna de notar, que siendo ellos entre si tan varies
en las opiniones y sentimiento, se hayan ajustado de tal suerte
en un proposito, que jamas esta diversidad y antigua contienda
les dio ocasion de dividirse; buen ejemplo para ensenar o confundir
en orgullo y disparidad de otras naciones, en aquellas obras cuyo
acierto pende de la union de los animos.

Habitan los quejosos por los boscajes y espesuras, y entre sus
cuadrillas hay uno que gobierna, a quien obedecen los demas.
Ya de este pernicioso mando han salido para mejores empleos
Roque Guinart, Pedraza y algunos famosos capitanes de bando-
leros, y ultimamente, D. Pedro de Santa Cilia y Paz, caballero de
nacion mallorquin, hombre cuya vida hicieron notable en Europa

132



196 FRANCISCO MANUEL DE MELLO

las muertes de trescientas y veinticinco personas, que por sus
manos o industria hizo morir violentamente, caminando veinti-
cinco anos tras la venganza de la injusta muerte de un hermano.
Ocupase estos tiempos D. Pedro sirviendo al Rey Catolico en
honrados puestos de la guerra, en que ahora le da el mundo satis-
faccion del escandalo pasado.

Es el habito comiin acomodado a su ejercicio; acompananse
siempre de arcabuces cortos llamados pedrenales, colgados de una
ancha faja de cuero, que dicen charpa, atravesada desde el hombro
al lado opuesto. Los mas desprecian las espadas como cosa em-
barazosa a sus caminos: tampoco se acomodan a sombreros, mas
en su lugar usan bonetes de estambre listados de diferentes colores,
co$a que algunas veces traen como para serial, diferenciandose
unos de otros por las listas; visten larguisimas capas de jerga
blanca, resistrendo gallardamente al trabajo, con que se reparan
y disimulan; sus calzados son de canamo tejido, a que llaman
sandalias; usan poco el vino, y con agua sola, de que se acompanan,
guardada en vasos rusticos, y algunos panes asperos que se llevan,
siempre pasados del cord el con que se cinen, caminan y se mantienen
los muchos dias que gastan sin acudir a los pueblos.

Los labradores y gente del campo, a quien su ejercicio en todas
provincias ha hecho llanos y pacificos, tambien son oprimidos de
esta costumbre; de tal suerte, que unos y otros, todos viven oca-
sionados a la venganza o discordia por su natural, por su habitacion
y por el ejemplo. El uso antiguo facilito tanto el escandalo comun,
que, templando el rigor de la justicia, o por menos atenta o por
menos poderosa, tacitamente permite su entrada y conservacion
en los lugares comarcanos, donde ya los reciben como vecinos.

No por esto se debe entender que toda la provincia y sus mora-
dores vivan pobres, sueltos y sin policia; antes, por el contrario,
es la tierra, principalmente en las llanuras, abundantisima de
toda suerte de frutos, en cuya fertilidad compite con la gruesa
Andalucia, y vence cualquiera otra de las provincias de Espana;
ennoblecenla muchas ciudades, algunas famosas en antigiiedad y
lustre; tiene gran numero de villas y lugares, algunos buenos
puertos y plazas fuertes; su cabeza y corte, Barcelona, esta llena
de nobleza, letras, ingenios y hermosura; y esto mismo se reparte
con mas que mediania a los otros lugares del Principado. Fabrico
la piedad de sus principes, senalados en la religion, f amosos templos



FRANCISCO MANUEL DE MELLO 197

consagrados a Dios. Entre ellos luce, como el sol entre las estrellas,
el santuario de Monserrate, celebre en todas las memorias cristianas
del universe. Reconocen el valor de sus naturales las historias
antiguas y modernas en el Asia y Europa; <j Africa tambien no se
lo confiesa? Es, en fin, Cataluna y los catalanes una de las pro-
vincias y gentes de mas primor, reputacion y estima que se halla
en la grande congregacion de estados y reinos de que se formo
la monarquia espanola.

ANTONIO DE SOLlS

1610 1686

SOLS as a dramatist was a disciple of Calder6n. It is not, however, as the
author of EuridiceyOrfeo or El Amor al uso that his name is best known, but
as the writer of the Historia de la conquista de Mexico, poblacion y progresses
de la America septentrional conocida par el nombre de Nueva Espana (1684).
His facts are not as reliable as those of Bernal Diaz del Castillo, although
he professes to take a golden mean between what he terms that author's
jealousy of Cortes and the exaggerated picture of Cortes's merits given by
L6pez de G6mara. Whatever were his intentions, he was not perhaps as well
qualified to judge of Cortes's aims and actions in the field as Diaz, who actually
served under him. The merit of Solis's work is rather to be sought in his
fluent style, which, although apt to verge almost on artificiality, still finds
its admirers, especially among foreigners. Soh's has produced in his Historia
a creditable piece of work, full of life and local colour, which will be read with
interest by those who still cling to such legends as the burning by Cortes
of his ships.

CONQUISTA DE MfijICO

Pasose bien la noche, y la gente acudio con agrado y sencillez
al agasajo de los espanoles: solo se reparo en que hablaban ya
en este lugar con otro estilo de las cosas de Montezuma, porque
alababan todos su gobierno, y encarecian su grandeza ; o tuvieselos
de aquella opinion el parentesco del cacique, o menos atrevidos la
cercania del tirano. Habia dos leguas de calzada que pasar hasta
Mejico, y se tomo la manana, porque deseaba Cortes hacer su
entrada, y cumplir con la primera funcion de visitar a Montezuma,
quedando con alguna parte del dia para reconocer y fortificar su
cuartel. Siguiose la marcha con la misma orden: y dejando a los
lados la ciudad de Magicalzingo en el agua, y la de Cuyoacan en la
ribera, sin otras grandes poblacion es que se descubrian en la misma



198 ANTONIO DE SOLfS

laguna, se dio vista desde mas cerca, y no sin admiracion, a la
gran ciudad de Mejico, que se levantaba con exceso entre las
demas, y al parecer, se le conocia el predominio hasta en la soberbia
de sus edificios. Salieron a poco menos que la mitad del camino
mas de cuatro mil nobles y ministros de la ciudad a recibir el
ejercito, cuyos cumplimientos detuvieron largo rato la marcha,
aunque solo hacian reverencia, y pasaban delante para volver
acompafiando. Estaba poco antes de la ciudad un baluarte de
piedra con dos castillejos a los lados, que ocupaba todo el piano
de la calzada: cuyas puertas desembocaban sobre otro pedazo de
calzada, y esta terminaba en una puente levadiza, que defendia
la entrada con segunda fortificacion. Luego que pasaron de la
otra parte los magnates del acompanamiento, se fueron desviando
a los lados para franquear el paso al ejercito, y se descubrio una
calle muy larga y espaciosa, de grandes casas edificadas con igual-
dad y correspondencia, cubiertos de gente los miradores y terrados;
pero la calle totalmente desocupada: y dijeron a Cortes, que se
habia despejado cuidadosamente, porque Montezuma estaba en
animo de salir a recibirle para mayor demostracion de su bene-
volencia.

Poco despues se fue dejando ver la primera comitiva real, que
serian hasta doscientos nobles de su familia, vestidos de librea
con grandes penachos conformes en la hechura y el color. Venian
en dos hileras con notable silencio y compostura, descalzos todos,
y sin levantar los ojos de la tierra : acompanamiento con apariencias
de procesion. Luego que llegaron cerca del ejercito, se fueron
arrimando a las paredes en la misma orden; y se vio a lo lejos una
gran tropa de gente mejor adornada y de mayor dignidad, en
cuyo medio venia Montezuma sobre los hombros de sus f avorecidos
en unas andas de oro brufiido, que brillaba con proporcion entre
diferentes labores de pluma sobrepuesta, cuya primorosa distri-
bucion procuraba obscurecer la riqueza con el artificio. Seguian
el paso de las andas cuatro personajes de gran suposicion, que le
llevaban debajo de un palio hecho de plumas verdes entretejidas
y dispuestas de manera que formaban tela, con algunos adornos
de argenteria: y poco delante iban tres magistrados con unas
varas de oro en las manos, que levantaban en alto sucesivamente,
como avisando que se acercaba el rey, para que se humillasen todos,
y no se atreviesen a mirarle: desacato que se castigaba como



ANTONIO DE SOLIS 199

sacrilegio. Cortes se arrojo del caballo poco antes que llegase, y
al mismo tiempo se apeo Montezuma de sus andas, y se adelantaron
algunos indios que alfombraron el camino para que no pusiese los
pies sobre la tierra que, a su parecer, era indigna de sus huellas.

Previnose a la funcion con espacio y gravedad; y puestas las
dos manos sobre los brazos del senor de Iztacpalapa, y el de
Tezcuco sus sobrinos, dio algunos pasos para recibir a Cortes. Era
de buena presencia: su edad hasta cuarenta anos, de mediana
estatura, mas delgado que robusto: el rostro aguileno, de color
menos obscuro que el natural de aquellos indios: el cabello largo
hasta el estremo de la oreja, los ojos vivos, y el semblante majes-
tuoso, con algo de intencion: su traje un manto de sutilisimo
algodon, anudado sin desaire sobre los hombros, de manera que
cubria la mayor parte del cuerpo, dejando arrastrar la falda.
Traia sobre si diferentes joyas de oro, perlas y piedras preciosas
en tanto numero, que servia mas al peso que al adorno. La corona,
una mitra de oro ligero, que por delante remataba en punta, y
la mitad posterior algo mas obtusa se inclinaba sobre la cerviz;
y el calzado unas suelas de oro macizo, cuyas correas tachonadas
de lo mismo, cenian el pie, y abrazaban parte de la pierna, seme-
jante a las caligas militares de los romanos.

Llego Cortes apresurando el paso sin desautorizarse, y le hizo
una profunda sumision; a que respondio poniendo la mano cerca
de la tierra, y llevandola despues a los labios : cortesia de inaudita
novedad en aquellos principes, y mas desproporcionada en Monte-
zuma, que apenas doblaba la cerviz a sus dioses, y afectaba la
soberbia, o no la sabia distinguir de la majestad: cuya demostra-
cion, y la de salir personalmente al recibimiento, se reparo mucho
entre los indios, y cedio en mayor estimacion de los espanoles:
porque no se persuadian a que fuese inadvertencia de su rey, cuyas
determinaciones veneraban sujetando el entendimiento. Habiase
puesto Cortes sobre las armas una banda o cadena de vidrio,
compuesta vistosamente de varias piedras que imitaban los dia-
mantes y las esmeraldas, reservada para el presente de la primera
audiencia, y hallandose cerca en estos cumplimientos, se la echo
sobre los hombros a Montezuma. Detuvieronle, no sin alguna
destemplanza, los dos braceros, dandole a entender que no era
licito el acercarse tanto a la persona del rey; pero el los reprendio,
quedando tan gustoso del presente, que la miraba y celebraba entre



200 ANTONIO DE SOLIS

los suyos como presea de inestimable valor: y para desempenar su
agradecimiento con alguna liberalidad, hizo traer, entretanto que
llegaban a darse a conocer los demas capitanes, un collar, que
tenia la primera estimacion entre sus joyas. Era de unas conchas
carmesies de gran precio en aquella tierra, dispuestas y engarzadas
con tal arte, que de cada una de ellas pendian cuatro gambaros
o cangrejos de oro, imitados prolijamente del natural. Y el mismo
con sus manos se le puso en el cuello a Cortes : humanidad y agasajo
que hizo segundo ruido entre los mejicanos. El razonamiento de
Cortes fue breve y rendido, como lo pedia la ocasion, y su respuesta
de pocas palabras, que cumplieron con la discrecion, sin faltar
a la decencia. Mando luego al uno de aquellos dos principes sus
colaterales que se quedase para conducir y acompanar a Hernan
Cortes hasta su alojamiento, y arrimado al otro volvio a tomar sus
andas, y se retire a su palacio con la misma pompa y gravedad.



AGUSTIN MORETO Y CAVANA

1618 1669

MORETO has not the creative power of Lope de Vega, the brilliant colouring
of Calderdn, the sombre force of Tirso de Molina, and the ethical measure of
Ruiz de Alarcon. None the less, he equals most of these great predecessors
on the stage in charm and is not inferior to any of them in verbal music.
Deficient in invention, he was too prone to be content with remodelling the
works of those who had written before him. All was fish that came to his
net. He did not hesitate to recast the more or less hasty dramatic sketches
of less prominent playwrights like Mira de Amescua, Guillen de Castro and
Velez de Guevara. Tirso de Molina was not safe from his pilfering hand. But
he takes material most freely from Lope de Vega, and the brilliance of the
result often justifies these predatory sallies. The most celebrated of Moreto's
plays, El desden con el desden, is an amalgam of three perhaps of four
pieces by Lope de Vega; the combination is executed with consummate
skill, and undoubtedly the plagiary surpasses each and all of his originals
in seductive grace and persuasiveness. Moliere strove to repeat Moreto's
feat in La Princesse Elide, and Gozzi likewise made the attempt in La
principessa filosofa. The disastrous failure of these eminent playwrights is
an indirect tribute to Moreto's uncanny dexterity; his dramatic gift was
early recognized in France by Thomas Corneille and in England by John
Crowne; it appears also to have exercised an influence in Denmark on Ludwig
Holberg. Moreto took minor orders in 1642 and published a volume of
plays in 1654. Between this date and 1659 Moreto became a priest. He was
appointed chaplain by Cardinal Baltasar de Moscoso y Sandoval, settled in



AGUSTlN MORETO Y CAVANA



201



Toledo and ministered zealously to the poor in the Toledo hospital. He is
styled by Gracian the "Terence of Spain," and the description is not un-
deserved.

EL DESDEN CON EL DESDEN

JORNADA PRIMERA. ESCENA vi.

(Sale el Conde con los ires Principes.)

Conde. Principes, entrad conmigo.
Carlos (aparte). Sin alma a sus ojos vengo;

no se si tendre valor

para fingir lo que intento.

Siempre la hallo mas hermosa.
Diana (aparte). jCielos ! dQu6 puede ser esto?
Conde. jHija! <; Diana?
Diana. <; Senor?

Conde. Yo, que a tu decoro atiendo

y a la deuda en que me ponen

los Condes con sus festejos,

habiendo dellos sabido

que del retire que has hecho

de su vista, estan quejosos....
Diana. Senor, que me des te ruego

licencia, antes que prosigas

ni tu palabra haga empeno

de cosa que te este mal,

de prevenirte mi intento.

Lo primero es, que contigo

ni voluntad tener puedo,

ni la tengo, porque solo

mi albedrio es tu precepto.

Lo segundo es, que el casarme,

senor, ha de ser lo mismo

que dar la garganta a un lazo

y el coraz6n a un veneno.

Casarme y morir es uno;

mas tu obediencia es primero

que mi vida. Esto asentado,

venga ahora tu decreto.



202 AGUSTfN MORETO Y CAVANA

Conde. Hija, mal has presumido,
que yo casarte no intento,
sino dar satisfaccion
a los principes, que han hecho
tantos festejos por ti,
y el mayor de todos ellos
es pedirte por esposa,
siendo tan digno su aliento,
ya que no de tus favores,
de mis agradecimientos.
Y, no habiendo de otorgallo,
debe atender mi respeto
a que ninguno se vaya
sospechando que es desprecio,
sino aversion que tu gusto
tiene con el casamiento.
Y tambien que esto no es
resistencia a mi precepto,
cuando yo no te lo mando,
porque el amor que te tengo
me obliga a seguir tu gusto;
y pues tu. en seguir tu intento
ni a mi me desobedeces
ni los desprecias a ellos,
dales la razon que tiene
para esta opinion tu pecho,
que esto importa a tu decoro
y acredita mi respeto. \Vase.

ESCENA VII.

(Diana, Cintia, Laura, Damas; el Principe, Don Gastdn,
Carlos, Polilla, Musicos.)

Diana. Si eso pretendeis no mas,

oid, que darosla quiero.
D. Cast. Solo a ese intento venimos.
Principe. Y no extraneis el deseo,

que mas extrana es en vos

la aversion al casamiento.



AGUSTIN MORETO Y CAVANA 203

Carlos. Yo, aunque a saberlo he venido,

solo ha sido con pretexto,

sin extranar la opinion

de saber el fundamento.
Diana. Pues oid, que ya le digo.
Polilla (aparte). \ Vive Dios, que es raro empeno !

d Si hallara razon bastante ?

Porque sera bravo cuento

dar razon para ser loca.
Diana. Desde que al albor primero

con que amanecio al discurso

la luz de mi entendimiento

vi el dia de la razon,

fue de mi vida el empleo

el estudio y la leccion

de la historia, en quien da el tiempo

escarmiento a los futures

con los pasados ejemplos.

Cuantas ruinas y destrozos,

tragedias y desconciertos

han sucedido en el mundo

entre ilustres y plebeyos,

todas nacieron de Amor.

Cuanto los sabios supieron,

cuanto a la filosofia

moral liquido el ingenio,

gastaron en prevenir

a los siglos venideros

el ciego error, la violencia,

el loco, el tirano imperio

de esa mentida deidad

que se introduce en los pechos

con dulce voz de carifio,

siendo un volcan alia dentro.

dQue amante jamas al mundo

dio a entender de sus efectos

sino lastimas, desdichas,

lagrimas, ansias, lamentos,

suspires, quejas, sollozos,



204 AGUSTfN MORETO Y CAVANA

sonando con triste estruendo

para lastimar las quejas,

para escarmentar los ecos ?

Si alguno correspondido

se vio, paro en un despeno,

que al que no su tirania

se opuso el poder del Cielo.

Pues si quien se casa va

a amar por deuda y empeno,

<jc6mo se puede casar

quien sabe de amor el riesgo ?

Pues casarse sin amor

es dar causa sin efecto,

<[c6mo puede ser esclavo

quien no se ha rendido al dueno?

<; Puede hallar un corazon

mas indigno cautiverio

que rendirle su albedrio

quien no manda su deseo?

El obedecerle es deuda,

pues <jc6mo vivira un pecho

con una obediencia fuera

y una resistencia adentro ?

Con amor o sin amor,

yo, en fin, casarme no puedo:

con amor, porque es peligro;

sin amor, porque no quiero.

Principe. Dandome los dos licencia,
respondere a lo propuesto.

D. Cast. Por mi parte yo os la doy.

Carlos. Yo que responder no tengo,
pues la opinion que yo sigo
favorece aquel intento.

Principe. La mayor guerra, senora,

que hace el engano al ingenio,
es estar siempre vestido
de aparentes argumentos.
Dejando las consecuencias
que tiene Amor contra ellos,



AGUSTIN MORETO Y CAVANA 205

que en un discurso enganado
suelen ser de menosprecio,
la experiencia es la razon
mayor que hay para venceros,
porque ella sola concluye
con la prueba del efecto.
Si vos os negais al trato,
siempre estareis en el yerro,
porque no cabe experiencia
donde se excusa el empeno.
Vos vais contra la razon
natural, y el propio fuero
de nuestra naturaleza
pervertis con el ingenio.
No negueis vos el oido
a las verdades del ruego,
porque si es razon no amar,
contra la razon no hay riesgo;
y si no es razon, no es fuerza,
que os ha de veneer el tiempo,
y entonces sera victoria
publicar el vencimiento.
Vos defenders el desden,
todos vencerle queremos ;
vos decis que esto es razon;
permitios al festejo;
haced escuela al desden,
donde, en nuestro galanteo,
los intentos de obligaros
han de ser los argumentos.
Veamos quien tiene razon,
porque ha de ser nuestro empeno
inclinaros al carifio,
o quedar vencidos ellos.
Diana. Pues para que conozcais

que la opinion que yo llevo
es hija del desengano
y del error vuestro intento,
festejad, imaginad



206 AGUSTIN MORETO Y CAVANA

cuantos caminos y medios

de obligar una hermosura

tiene Amor, halla el ingenio,

que desde aqui me permito

a lisonjas y festejos

con el oido y los ojos,

solo para convenceros

de que no puedo querer,

y que el desden que yo tengo,

sin fomentarle el discurso,

es natural en mi pecho.
D. Cast. Pues si argumento ha de ser

desde hoy nuestro galanteo,

todos vamos a argiiir

contra el desden y despego.

Principes, de la razon

y de amor es ya el empeno:

cada uno un medio elija

de seguir este argumento.

Veamos, para concluir,

quien elige mejor medio. \Vase,

Principe. Yo voy a escoger el mio,

y de vos, senora, espero

que habeis de ser contra vos

el mas agudo argumento. [Vase.

ESCENA VIII.

(Diana, Cintia, Laura, Damas ; Carlos, Polilla, Musicos.)

Carlos. Pues yo, senora, tambien,

por deuda de caballero,

proseguire en festejaros,

mas sera sin ese intento.
Diana. Pues <jpor que?
Carlos. Porque yo sigo

la opinion de vuestro ingenio;

mas aunque es vuestra opinion,

la mia es con mas extremo.
Diana. <;De 9 U ^ suerte ?



AGUSTIN MORETO Y CAVANA



207



Carlos. Yo, senora,

no solo querer no quiero,

mas ni quiero ser querido.
Diana. Pues <;en ser querido hay riesgo?
Carlos. No hay riesgo, pero hay delito:

no hay riesgo, porque mi pecho

tiene tan establecido

el no amar en ningun tiempo,

que si el Cielo compusiera

una hermosura de extremes

y esta me amara, no hallara

correspondencia en mi afecto.

Hay delito, porque cuando

se yo que querer no puedo,

amarme y no amar seria

f altar mi agradecimiento.

Y asi yo, ni ser querido

ni querer, senora, quiero,

porque temo ser ingrato

cuando se yo que he de serlo.
Diana. Luego ,;vos me festejais

sin amarme?

Carlos. Eso es muy cierto.

Diana. Pues <;para que?
Carlos. Por pagaros

la veneracion que os debo.
Diana. ,[Y eso no es amor?
Carlos. \ Amor !

No, senora, esto es respeto.
Polilla (aparte a Carlos}. jCuerpo de Cristo ! jQue lindo !

j Que bra^vo boton de fuego !

Echala de ese vinagre

y veras, para su tiempo,

que bravo escabeche sale.
Diana (aparte a Cintia). Cintia, <;has oido a este necio?

,; No es graciosa su locura ?
Cintia. Soberbia es.
Diana. ^No sera bueno

enamorar a este loco?



208 AGUSTiN MORETO Y CAVANA

Cintia. Si, mas hay peligro en eso.

Diana. <;De que?

Cintia. Que tu te enamores

si no logras el empeno.
Diana. Ahora eres tu mas necia,

pues <;c6mo puede ser eso ?

<jNo me mueven los rendidos

y ha de arrastrarme el soberbio?
Cintia. Esto, senora, es aviso.
Diana. Por eso he de hacer empeno

de rendir su vanidad.
Cintia. Yo me holgare mucho dello.
Diana (a Carlos}. Prosegnid la bizarria,

que yo ahora os la agradezco

con mayor estimacion,

pues sin amor os la debo.
Carlos. (_ Vos agradeceis, senora ?
Diana. Es porque con vos no hay riesgo.
Carlos. Pues yo ire a empenaros mas.
Diana. Y yo voy a agradecerlo.
Carlos. Pues mirad que no querais,

porque cesare en mi intento.
Diana. No me costara cuidado.
Carlos. Pues siendo asi, yo lo acepto.
Diana. Andad. Venid, Caniqui.
Carlos. <; Que decis ?
Polilla. Soy ya ese lienzo.

Diana (aparte a Cintia). Cintia, rendido has de verle.
Cintia. Si sera ; pero yo temo

que se te trueque la suerte.

(aparte) Y eso es lo que yo deseo. \Vanse.

Diana. Mas ,;ois?
Carlos. Que me quereis ?

Diana. Que si acaso os muda el tiempo....
Carlos. A que, senora?
Diana. A querer.

Carlos. i Que he de hacer ?
Diana. Sufrir desprecios.

Carlos. ( Y si en vos hubiese amor?



AGUSTfN MORETO Y CAVANA

Diana. Yo no querre.

Carlos. Asi lo creo.

Diana. Pues ,; que pedis ?

Carlos. For si acaso

Diana. Ese acaso esta muy lejos.

Carlos. (jYsillega?

Diana. No es posible.

Carlos. Supongo.

Diana. Yo lo prometo.

Carlos. Eso pido.

Diana. Bien esta.

Quede asi.

Carlos. Guardeos el Cielo.

Diana (aparte). Aunque me cueste un cuidado,

he de rendir a este necio.
Polilla. Senor, buena va la danza.
Carlos. Polilla, yo estoy muriendo;
todo mi valor ha habido
menester mi fingimiento.
Polilla. Senor, llevalo adelante,
y veras si no da fuego.
Carlos. Eso importa.
Polilla. Ven, senor,

que ya yo estoy aca dentro.
Carlos. i Como ?
Polilla. Con lo Caniqui

me he hecho lienzo casero.



209



\Vase.



JOSE FRANCISCO DE ISLA

1703 1781

JOSE FRANCISCO DE ISLA, a Jesuit, gave in his Triunfo del Amor y de la
leal tad, Dia grande de Navarra (1746) a description of the celebrations held
at Pamplona in honour of Ferdinand VI. The chief personages concerned were
at first delighted and only later discovered the writer's burlesque intentions.
So great was their annoyance on this disclosure that Isla had to leave Pam-
plona. He rapidly became the fashionable preacher of the day, following, as
we may see in his six volumes of sermons, the bombastical and gongoristical
methods of preaching introduced by Paravicino. Isla's good sense stayed



210 JOSfi FRANCISCO DE ISLA

him on this false path, and in 1758 he made a complete volte-face when he


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