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James Fitzmaurice-Kelly.

Cambridge readings in Spaninsh literature online

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under the yoke of France. Jovellanos has written verse, drama, and prose;
the latter vehicle is most suitable to his talents. His Defensa de la Junta
Central (1810) is a strikingly good performance in its kind. His merits as a
dramatist concern us chiefly because of their influence on the Salamancan
School; his versified Epistola de Fabio a Anfriso dedicated to the Duke
of Veragua, is a delicate piece of inspiration illustrative of this great man's
serene and noble character.

MEMORIA EN DEFENSA DE LA JUNTA CENTRAL

I. Cerrado este articulo de mi defensa, que ya se hacia tan
molesto a mi pluma como era repugnante y penoso a mi corazon,
entrare con paso mas libre y rapido a desvanecer las calumnias
inventadas para denigrar la reputacion de los que compusimos la
Junta Gubernativa. Impugnando a los ministros del Consejo
reunido, la pluma marcho lentamente, detenida a cada paso por
el respeto del tribunal a cuyo nombre hablaron, y por el concepto
de sabiduria que es inseparable de su profesion. Deteniala tambien
la consideration que naturalmente inspiraban unos contrarios
que solo pretendian atacar con las armas de la razon y se cubrian
con el escudo de las leyes. No era por lo mismo posible rechazarlos
sino con sus mismas armas, y esto pedia un miramiento que solo
se pudo perder de vista cuando el desliz de la pluma nacia del
dolor de la ofensa. Pero a unos enemigos, a quienes ningun respeto
protege, por lo mismo que se encubren; a unos enemigos, que
atacan en asechanza, y disparando desde sus emboscadas, solo
emplean las armas prohibidas de la mentira y la calumnia, es
precise cargarlos de recio, tratarlos sin el menor miramiento,
atacarlos con toda la vehemencia de la justicia y oprimirlos con
todo el peso de la verdad, que tan infamemente han ultrajado.



GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS 221

2. Es posible que fake a mi pluma el calor que fuera necesario
para tan rudo ataque, pero yo se le pedire a la indignacion que
excita en mi alma la fealdad de los delitos que nos han imputado,
y en que fui envuelto con los demas centrales. El cargo de usur-
pation de la autoridad sober ana, aunque gravisimopor su naturaleza,
podia a lo menos dorarse con aquella especie de oropel que suele
engalanar los proyectos de la ambicion; pero los de robo de la

fortuna publica y de infelidad a la patria, imputados al cuerpo que
estaba encargado de defenderla y salvarla, llevan consigo tan
abominable y asquerosa fealdad, que a ser ciertos, dejarian impresa
en los nombres de sus autores una de aquellas eternas manchas,
que segun la frase de Ciceron, ni se pueden desvanecer con el largo
curso del tiempo, ni lavarse con todas las aguas de los rios.

3. De aqui es que en la imputacion de tan hediondos delitos,
es mucho mas de admirar la torpe necedad que la maligna osadia
de nuestros calumniadores, porque costandoles tan poco for jar
alguna acusacion que tuviese visos de verosimilitud, forjaron
unos cargos, no solo improbables por su falsedad, sino imposibles
por su naturaleza. Cegabalos tanto su ambicion, que los hizo
hocicar al primer paso. Era su objeto apoderarse del mando; mas
como para despojar de el a los que le recibieron de la nacion era
precise imputarles culpas que fuesen a los ojos de la nacion bastante
horribles y enormes, he aqui que echaron mano de las primeras
que su loca fantasia creyo mas propias para excitar su odio y nuestro
descredito. Se esforzaron, aunque en vano, en hacerlas correr.
Cien bocas alquiladas para repetirlas las divulgaron por todas
partes; el vulgo las oyo con mas espanto que asenso; nuestros
emulos se valieron de ellas para completar nuestra ruina, pero la
nacion no se dejo enganar. Los centrales, aunque perseguidos,
insultados y amenazados de muerte por los sediciosos en su transito
a la isla de Leon, siguieron su camino sin otra proteccion que la de
su inocencia, se reunieron tranquilamente alii, acabaron de arreglar
la organizacion de las Cortes, que habian convocado para alii;
acordaron unanimes alii la formacion de un consejo de regencia,
y le nombraron y le instituyeron, y, frustrando la ambicion de sus
enemigos, hicieron a su patria el ultimo y mas recomendable ser-
vicio, salvando la autoridad suprema de las mines manos que
habian querido arrebatarla, y confiandola a otras que creyeron
mas fieles, mas fuertes y mas felices. Asi fu como los mismos que



conspiraron contra nosotros, y por los mismos medios que emplearon
para infamarnos y arruinarnos, vinieron a labrar nuestra gloria
y su propia infamia.

4. Pero pasando ya al examen del primero de estos cargos
forjados contra nosotros, se hallara en el mismo la demostracion
de su fudlidad. Si el delito de peculate se hubiese imputado a tal
cual individuo de la Junta Central, y fingido el modo y supuesto
los medios por que se habia aprovechado de los fondos publicos,
se hubiera a lo menos dado alguna verosimilitud a la calumnia.
Pero imputar a un cuerpo entero, compuesto de mas de treinta
individuos, un delito tan feo, tan dificil de cometer y tanto mas
de ocultar aun por uno solo, e imputarle a trompon y a bulto, sin
determinacion de personas, de tiempos, de casos ni de sumas,
<jno hace ver demasiado a las claras que solo se trataba de hacer
ruido y alborotar con el estampido de una gran calumnia, sin
considerar que acabada la vibracion de su sonido, se desvaneceria
por si misma, y descubriria el punto de donde venia el tiro, y la
torpeza con que se habia errado el golpe ?

5. Porque se puede asegurar que los mismos que fraguaron el
cargo, sentian alia en su corazon que era del todo contrario y
repugnante a la opinion publica, pues que lo era tambien a la
suya; que tal es el caracter de la calumnia, que ella es la que pri-
mero se desmiente a si misma. En medio del odio indistinto que
profesaban a todos los centrales, porque ninguno era favorable a
sus designios, <;c6mo ignorarian que entre ellos habia muchos a
quienes, aunque mal de su grado, debian respetar por la rectitud
y noble pureza de su conducta ? Yo no he menester citar los nom-
bres de tantos ilustres calumniados; pero apostare mi cabeza a
que, si se presenta su lista a mis lectores, para que senalen con
el dedo los que crean capaces de cometer tan grave y ruin delito,
resultara de este criterio que la mas considerable parte de nosotros
queda exceptuada y libre de tan infame presuncion. Y no temo
afiadir que si toda la junta sevillana, a cuya envidiosa vista
ejercimos la soberana autoridad por un ano entero, y los mismos
que la movieron a insurreccion, y sus satelites, y sus emisarios,
y sus diaristas, y sus trompeteros y fautores pudiesen ser sinceros
por un solo instante, vendrian tambien a subscribir a esta tan
numerosa como justa y gloriosa excepcion.



223

LEANDRO FERNANDEZ DE MORATlN

17601828

FERNANDEZ DEMoRArfN, son of the luckless author of Hormesinda, inherited
his father's instinct for academic correctness, but had infinitely more dramatic
talent. The details of his private life are not stimulating. He was an un-
scrupulous enemy, as is evident from the cruel caricature he gives of Eleuterio
Crispin de Andorra in La Comedia Nueva, and he showed a lack of courage
when he went into hiding during the Napoleonic invasion, then passed
over to the enemy and finally, when he found himself on the losing side, fled to
Italy and later to France, pursued by a phalanx of imaginary murderers.
However, there is no question as to his literary gifts. In El Si de las Ninas,
La Co-media Nueva and El Viejo y la Nina, Moratin proves himself an ac-
complished man of letters and a master of brilliant dialogue.

EL Si DE LAS NlftAS

Dona Francisco.. Ya estamos aca.

Dona Irene, j Ay que escalera !

Don Diego. Muy bien venidas, senoras.

D. Irene. << Conque V., a lo que parece, no ha salido ?

[Se sientan dona Irene y don Diego.

D. Diego. No, senora. Luego, mas tarde, dare una vueltecilla
por ahi....He leido un rato. Trate de dormir, pero en esta posada
no se duerme.

D. Francisca. Es verdad que no...jY que mosquitos! Mala
peste en ellos. Anoche no me dejaron parar....Pero, mire V.,
mire V. (Desata el panuelo y manifiesta algunas cosas de las que
indica el dialogo.) cuantas cosillas traigo. Rosarios de nacar,
cruces de cipres, la regla de San Benito, una pililla de cristal....

mire V. que bonita, y dos corazones de talco jQue se yo cuanto

viene aqui ! j Tantas cosas !

D. Irene. Chucheriasquelahandadolasmadres. Locasestaban
con ella.

D. Francisca. jComo me quieren todas! jY mi tia, mi pobre
tia lloraba tantoL.Es ya muy viejecita.

D a . Irene. Ha sentido mucho no conocer a V.

D. Francisca. Si, es verdad. Decia, <; por que no ha venido aquel
senor ?

D a . Irene. El pobre capellan y el rector de los Verdes nos han
venido acompanando hasta la puerta.



224 LEANDRO FERNANDEZ DE MORATfN

D a . Francisca. Toma, (Fuelve a atar el panuelo y se le da a Rita,
la cual se va con cl y con las mantillas al cuarto de dona Irene.)
guardamelo todo alii, en la escusabaraja. Mira, llevalo asi de las
puntas...Valgate Dios! Eh! ya se ha roto la santa Gertrudis de
alcorza !

Rita. No importa, yo me la comere.

(Dona Irene, Dona Francisca, Don Diego.)

D a . Francisca. <; Nos vamos adentro, mama, o nos quedamos aqui ?

D a . Irene. Ahora, nina, que quiero descansar un rato.

D. Diego. Hoy se ha dejado sentir el calor enforma.

D a . Irene. \ Y que fresco tienen aquel locutorio ! Esta hecho un
cielo. . .(Sientase dona Francisca junto a dona Irene.) Mi hermana
es la que sigue siempre bastante delicadita. Ha padecido mucho
este invierno...Pero vaya, no sabia que hacerse con su sobrina
la buena senora...Esta muy contenta de nuestra eleccion.

D. Diego. Yo celebro que sea tan a gusto de aquellas personas
a quienes debe V. particulares obligaciones.

D a . Irene. Si, la tia de aca esta muy contenta; y en cuanto a la
de alia, ya lo ha visto V. La ha costado mucho despegars'e de ella ;
pero ha conocido que siendo para su bienestar, es necesario pasar
por todo. . . Ya se acuerda V. de lo espresiva que estuvo, y. . .

D. Diego. Es verdad. Solo falta que la parte interesada tenga
la misma satisfaccion que manifiestan cuantos la quieren bien.

D. Irene. Es hija obediente, y no se apartara jamas de lo que
determine su madre.

D. Diego. Todo eso es cierto, pero....

D a . Irene, Es de buena sangre, y ha de pensar bien, y ha de
proceder con el honor que la corresponde.

D. Diego. Si, ya estoy; pero <|no pudiera sin f altar a su honor
ni a su sangre?

D*. Francisca. <<Me voy, mama?

[Se levanta y vuelve a sentarse.

D. Irene. No pudiera, no senor. Una nina bien educada, hija de
buenos padres, no puede menos de conducirse en todas ocasiones
como es conveniente y debido. Un vivo retrato es la chica, ahi
donde V. la ve, de su abuela que Dios perdone, dona Geronima de
Peralta....En casa tengo el cuadro, que le habra V. visto. Y le
hicieron, segun me contaba su merced, para enviarsele a su tio
carnal el electo obispo de Mechoacan.



LEANDRO FERNANDEZ DE MORATIN 225

D.Diego. Ya.

D. Irene. Y murio en el mar el buen religiose, que fue un que-
branto para toda la familia...Hoy es, y todavia estamos sintiendo
su muerte: particularmente mi primo don Cucufate, regidor per-
petuo de Zamora, no puede oir hablar de su ilustrisima sin des-
hacerse en lagrimas.

D a . Francisca. Valgate Dios que moscas tan....

D. Irene. Pues murio en olor de santidad.

D. Diego. Eso bueno es.

D. Irene. Si senor ; pero como la f amilia ha venido tan a menos. . .
^Que quiere V.? Donde no hay facultades. ..Bien que por lo que
puede tronar, ya se le esta escribiendo la vida, y d quien sabe que
el dia de mafiana no se imprima con el favor de Dios ?

D. Diego. Si, pues ya se ve. Todo se imprime.

D. Irene. Lo cierto es que el autor, que es sobrino de mi hermano
politico el canonigo de Castrogeriz, no la deja de la mano; y a la
hora de esta lleva ya escritos nueve tomos en folio, que comprenden
los nueve arios primeros de la vida del santo obispo.

D. Diego. (jConque para cada ano un tomo?

D a . Irene. Si senor, ese plan se ha propuesto.

D. Diego, i Y de que edad murio el venerable?

D". Irene. De ochenta y dos anos, tres meses y catorce dias.

D. Francisca. <;Me voy, mama?

D. Irene. Anda, vete. j Valgate Dios, que prisa tienes !

D. Francisca. Quiere V. (Se levanta, y despues, al acabarse la
escena, hace una graciosa cortesia a don Diego, da un beso a dona
Irene y se va al cuarto de esta.) que le haga una cortesia a la fran-
cesa, senor don Diego?

D. Diego. Si, hija mia. A ver.

/>. Francisca. Mire V., asi.

D. Diego, j Graciosa nina ! Viva la Paquita, viva.

D. Francisca. Para V. una cortesia, y para mi mama un beso.

CARTA
A D. Antonio Melon.

Burdeos, 27 de junio.

Querido Juan : Llego en ef ecto Goya, sordo, viejo, torpe y debil,
y sin saber una palabra de frances, y sin traer un criado (que nadie
K. s. R. 15



226 LEANDRO FERNANDEZ DE MORATiN

mas que el lo necesita), y tan contento y tan deseoso de ver mundo.
Aqui estuvo tres dias; dos de ellos comio con nosotros en calidad
de joven alumno: le he exhortado a que se vuelva para Septiembre,
y no se enlodacine en Paris y se deje sorprender del invierno, que
acabaria con el. Lleva una carta para que Arnao vea en donde
acomodarle, y tome con el cuantas precauciones se necesitan, que
son muchas, y la principal de ellas, a mi entender, que no saiga
de casa sino en coche; pero no se si el se prestara a esta condicion.
Alia veremos si el tal viaje le deja vivo. Mucho sentiria que le
sucediese algun trabajo.

iQue me cuentas de la pobre Luisa? <|Conque Hevo el susto
que me cuentas, y se vio atacada y robada por la pobre gente ? Lo
siento de veras; pero ^que diable allait-elle faire dans cette galerel
Vosotros no sabeis todavia en que tierra vivis. Dala mis finas
memorias.

Daselas al senor Marques de A., y dile que no hace seis afios
todavia que reside en Madrid; a ti te sucede lo mismo y a otros
muchos lo propio: con que, no hay sino echar la barba en remojo,
y tal vez tendras que ponerte en camino sin haber podido recoger
el ultimo alfiler. ^Por que diablos no vendes esa casa, y pones
ese capital aqui, en donde le tendras enterito para regalarsele
a tus herederos, o donde, si quieres perderle, atendida tu juvenil
edad, te daran un 12 por 100, y podras vivir como un satrapa?

Haz lo que quieras, y Dios te ilumine y te guarde de mal. Da
mis encomiendas al tio Juan, y dile que en cuanto al buen Cean,
no me parece bien que se le hable de los anos que tiene, porque es
una desvergiienza ; lo que yo digo es que no me parece viejo, sino
que es un sujeto de cierta edad, y si es necesario, lo jurare y firmare
de mi puno y letra.

No ocurre mas; me aguarda la onza y media de chocolate, y
voy a despachar esta obHgacion. Pasalo bien, y adios, hasta otro
dia.

Hazme gusto de ver a esas senoras de la casa de los Basilios, y
dame noticias de ellas, dandolas de mi parte muchas expresiones.



227

JOSE MARIA HEREDIA

1803 1839

JOSE MARA HEREDIA, the Cuban, is one of the group of poets including
Zenea and Gutierrez Gonzalez who although American by birth belong to
the Spanish literary tradition. In El Niagara, the most famous of his poems,
Heredia sings an ardent paean to Liberty, as represented by the tumultuous
rush of the Falls.

NIAGARA

Dadme mi lira, dadmela : que siento
en mi alma estremecida y agitada
arder la inspiracion. jOh ! jcuanto tiempo
en tinieblas paso, sin que mi frente
brillase con su luz!... Niagara undoso,
sola tu faz sublime ya podria
tornarme el don divino, que ensanada
me robo del dolor la mano impia.

Torrente prodigioso, calma, acalla
tu trueno aterrador: disipa un tanto
las tinieblas que en torno te circundan,
y dejame mirar tu faz serena,
y de entusiasmo ardiente mi alma llena.
Yo digno soy de contemplarte : siempre,
lo comun y mezquino desdenando,
ansie por lo terrifico y sublime.
Al despenarse el huracan furioso,
al retumbar sobre mi frente el rayo,
palpitando goce : vi al Oceano
azotado del austro proceloso
combatir mi bajel, y ante mis plantas
sus abismos abrir, y ame el peligro,
y sus iras ame: mas su fiereza
en mi alma no dejara
la profunda impresion que tu grandeza.

Corres sereno y majestuoso, y luego
en asperos penascos quebrantado,
te abalanzas violento, arrebatado,
como el destine irresistible y ciego.

152



228 JOSfi MARIA HEREDIA

(jQue voz humana describir podria

de la sirte rugiente

la aterradora f az ? El alma mia

en vagos pensamientos se confunde,

al contemplar la fervida corriente,

que en vano quiere la turbada vista

en su vuelo seguir al horde obscuro

del precipicio altisimo: mil olas,

cual pensamiento rapidas pasando,

chocan y se enfurecen,

y otras mil y otras mil ya las alcanzan,

y entre espuma y fragor desaparecen.

Mas llegan...saltan...el abismo horrendo

devora los torrentes despenados;

cruzanse en el mil iris, y asordados

vuelven los bosques el fragor tremendo.

Al golpe violentisimo en las penas

rompese el agua y salta, y una nube

de revueltos vapores

cubre el abismo en remolinos, sube,

gira en torno, y al cielo

cual piramide inmensa se levanta,

y por sobre los bosques que le cercan

al solitario cazador espanta.

Mas d que en ti busca mi anhelante vista
con inuril afan? d Por que no miro
alrededor de tu caverna inmensa
las palmas j ay ! las palmas deliciosas,
que en las llanuras de mi ardiente patria
nacen del sol a la sonrisa, y crecen,
y al soplo de la brisa del Oceano
bajo un cielo purisimo se mecen?

Este recuerdo a mi pesar me viene....
Nada j oh Niagara ! f alta a tu destino,
ni otra corona que el agreste pino
a tu terrible majestad conviene.
La palma y mirto, y delicada rosa,
muelle placer inspiren y ocio blando
en frivolo jardin: a ti la suerte



JOSfi MARfA HEREDIA 229

guarda mas digno objeto y mas sublime.

El alma libre, generosa y fuerte,

viene, te ve, se asombra,

el mezquino deleite menosprecia

y aun se siente elevar cuando te nombra.

jDios, Dios de la verdad ! en otros climas
vi monstruos execrables
blasfemando tu nombre sacrosanto,
sembrar error y fanatismo impio,
los campos inundar con sangre y llanto,
de hermanos atizar la infanda guerra
y desolar freneticos la tierra.
Vilos, y el pecho se inflamo a su vista
en grave indignacion. For otra parte
vi mentidos filosofos que osaban
escrutar tus misterios, ultra] art e,
y de impiedad al lamentable abismo
a los miseros hombres arrastraban :
por eso siempre te busco mi mente
en la sublime soledad: ahora
entera se abre a ti ; tu mano siente
en esta inmensidad que me circunda,
y tu profunda voz baja a mi seno
de este raudal en el eterno trueno.

jAsombroso torrente!
jComo tu vista mi animo enajena
y de terror y admiracion me llena !
<:D6 tu origen esta? <;Quien fertih'za
por tantos siglos tu inexhausta fuente ?
(Que poderosa mano
hace que al recibirte
no rebose en la tierra el Oceano?

Abrio el Senor su mano omnipotente,
cubrio tu faz de nubes agitadas,
dio su voz a tus aguas despenadas
y orno con su arco tu terrible frente.

Miro tus aguas que incansables corren,
como el largo torrente de los siglos
rueda en la eternidad: asi del hombre



230 JOSfi MARfA HEREDIA

pasan volando los floridos dias
y despierta el dolor... j Ay ! ya agotada
siento mi juventud, mi faz marchita,
y la profunda pena que me agita
ruga mi frente de dolor nublada.

Nunca tanto sent! como este dia
mi misero aislamiento, mi abandono,
mi lamentable desamor....<;Podria
una alma apasionada y borrascosa
sin amor ser f eliz ?. . . j Oh ! j Si una hermosa
digna de mi me amase
y de este abismo al borde turbulento
mi vago pensamiento
y mi andar solitario acompanase!
j Cual gozara al mirar su faz cubrirse
de leve palidez, y ser mas bella
en su dulce terror, y sonreirse
al sostenerla en mis amantes brazos!...
jDelirios de virtudL.jAy! desterrado,
sin patria, sin amores,
solo miro ante mi llanto y dolores.

j Niagara poderoso !
Oye mi ultima voz : en pocos anos
ya devorado habra la tumba fria
a tu debil cantor, j Duren mis versos
cual tu gloria inmortal ! Pueda piadoso,
al contemplar tu faz algun viajero,
dar un suspiro a la memoria mia.
Y yo, al hundirse el sol en Occidente,
vuele gozoso do el Criador me llama,
y al escuchar los ecos de mi fama
alee en las nubes la radiosa frente.



231

JOSE IGNACIO XAVIER ORIOL

ENCARNACION DE ESPRONCEDA

Y LARA

18081842

ESPRONCEDA (the usual abbreviation for what M. Paul Bourget would call
his "nom copieux") is the typical romantic poet of the nineteenth century.
His life too reads like a romance. Wherever trouble was brewing, Espronceda,
like a stormy petrel, was sure to be found. Whilst still a schoolboy, he at-
tempted to dethrone Ferdinand VII and later had to flee to Lisbon to escape
the consequences of the plots he was constantly forging. It was in Lisbon that
he met Teresa Mancha, famous through his Cancion a Teresa. He took part
in the revolution of 1830 in Paris, he next tried to organize an expedition to
Poland and finally sought to stir up the Northern provinces of Spain.
Returning to Spain on the occasion of the amnesty, he was given a commission
in the army; he was cashiered, however, owing to an indiscreet speech. His
career till his early death in 1842 continued to be one of ceaseless agitation
and disturbance.

Espronceda's model was Byron. He considered Byron to be one of the
great elemental literary forces in the world and his affinities with the English
poet have somewhat injured him in Spain, where the reaction against Espron-
ceda at the time of his first centenary was really due to excessive nationalism.
There is however no chord in Byron so impassioned and sincere as in Es-
pronceda's Cancion a Teresa and the roving, swinging lilt of the Cancion
del Pirata is an effective variant on The Corsair. Espronceda strikes a note
of poignant realism in A Jarifa, en una orgia and in El Mendigo and El Ver-
dugo. With all his limitations, he is a great poet, full of poignant passion and
rebellious fire.

EL CANTO DEL COSACO

Donde sienta mi caballo los pies,
no vuelve a nacer hierba.

(Palabras de Atila.)

Coro.

j Hurra ! cosacos del desierto ! j Hurra !
La Europa os brinda esplendido botin:
Sangrienta charca sus campinas scan,
De los grajos su ejercito festin.

j Hurra ! a caballo, hijos de la niebla !
Suelta la rienda, a combatir volad :
,; Veis esas tierras f ertiles ? las puebla
Gente opulenta, afeminada ya.



232 JOS6 DE ESPRONCEDA

Casas, palacios, campos y jardines,
Todo es hermoso y refulgente alii :
Son sus hembras celestes serafines,
Su sol alumbra un cielo de zafir.

j Hurra! cosacos del desierto....

Nuestros scan su oro y sus placeres,
Gocemos de ese campo y de ese sol;
Son sus soldados menos que mujeres,
Sus reyes, viles mercaderes son.
Vedlos huir para esconder su oro,
Vedlos cobardes lagrimas verter....
j Hurra! volad...sus cuerpos, su tesoro
Huellen nuestros caballos con sus pies.

j Hurra! cosacos del desierto

Dictara alii nuestro capricho leyes,
Nuestras casas alcazares seran,
Los cetros y coronas de los reyes
Cual juguetes de nifios rodaran.
j Hurra! volad a hartar nuestros deseos:
Las mas hermosas nos daran su amor,
Y no hallaran nuestros semblantes feos,
Que siempre brilla hermoso el vencedor.

j Hurra! cosacos del desierto....

Desgarraremos la vencida Europa
Cual tigres que devoran su racion;
En sangre empaparemos nuestra ropa
Cual rojo manto de imperial senor.
Nuestros nobles caballos relinchando
Regias habitaciones moraran;
Cien esclavos, sus frentes inclinando,
Al mover nuestros ojos temblaran.

j Hurra! cosacos del desierto....

Venid, volad, guerreros del desierto,
Como nubes en negra confusion,
Todos suelto el bridon, el ojo incierto,
Todos atropellandose en monton.



JOSfi DE ESPRONCEDA 233

Id, en la espesa niebla confundidos,
Cual tromba que arrebata el huracan,
Cual tempanos de hielo endurecidos
Por entre rocas despenados van.

j Hurra ! cosacos del desierto. . . .

Nuestros padres un tiempo caminaron
Hasta llegar a una imperial ciudad;
Un sol mas puro es fama que encontraron,
Y palacios de oro y de cristal.
Vadearon el Tibre sus bridones,
Yerta a sus pies la tierra enmudecio;
Su sueno con fantasticas canciones
La fada de los triunfos arrullo.

j Hurra! cosacos del desierto....

j Que ! i no sentis la lanza estremecerse,
Hambrienta en vuestras manos de matar?
<[No veis entre la niebla aparecerse
Visiones mil que el parabien nos dan ?

Escudo de esas miseras naciones
Era ese muro que abatido fue;
La gloria de Polonia y sus blasones
En humo y sangre convertidos ved.

j Hurra! cosacos del desierto....


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