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James Fitzmaurice-Kelly.

Cambridge readings in Spaninsh literature online

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<jQuien en dolor troco sus alegrias?
dQuien sus hijos triunf ante encadeno ?
(jQuien puso fin a sus gloriosos dias ?
<j Quien en su propia sangre los ahogo ?

j Hurra, cosacos! j gloria al mas valiente!
Esos hombres de Europa nos veran:
i Hurra! nuestros caballos en su f rente
Hondas sus herraduras marcaran.

j Hurra! cosacos del desierto....

A cada bote de la lanza ruda,
A cada escape en la abrasada lid,
La sangrienta racion de carne cruda
Bajo la silla sentireis hervir.



234 JOS DE ESPRONCEDA

Y alia despues, en templos suntuosos,
Sirviendonos de mesa algun altar,
Nuestra sed calmaran vinos sabrosos,
Hartara nuestra hambre bianco pan.
j Hurra! cosacos del desierto

Y nuestras madres nos veran triunfantes,
Y a esa caduca Europa a nuestros pies,
Y acudiran de gozo palpitantes,
En cada hi jo a contemplar un rey.

Nuestros hijos sabran nuestras acciones,
Las coronas de Europa heredaran,
Y a conquistar tambien otras regiones
El caballo y la lanza aprestaran.

j Hurra, cosacos del desierto ! j Hurra !
La Europa os brinda esplendido botin:
Sangrienta charca sus campinas scan,
De los grajos su ejercito festin.

EL VERDUGO

De los hombres lanzado al desprecio,
De su crimen la victima fui,
Y se evitan de odiarse a si mismos,
Fulminando sus odios en mi.
Y su rencor

Al poner en mi mano, me hicieron
Su vengador;
Y se dijeron:

"Que nuestra vergiienza comun caiga en el;
Se marque en su f rente nuestra maldicion;
Su pan amasado con sangre y con Kiel,
Su escudo con armas de eterno baldon
Sean la herencia
Que legue al hijo,
El que maldijo
La sociedad."
j Y de mi huyeron,
De sus culpas el manto me echaron,
Y mi llanto y mi voz escucharon
Sin piedad ! ! !



JOSfi DE ESPRONCEDA 235

Al que a muerte condena le ensalzan

iQuien al hombre del hombre hizo juez?

d Que no es hombre ni siente el verdugo

Imaginan los hombres tal vez?

jY ellos no ven

Que yo soy de la imagen divina

Copia tambien !

Y cual danina

Fiera a que arrojan un triste animal

Que ya entre sus dientes se siente crujir,

Asi a mi, instruments del genio del mal,

Me arrojan el hombre que traen a morir.

Y ellos son justos,

Yo soy maldito;

Yo sin deli to

Soy criminal :

Mirad al hombre

Que me paga una muerte; el dinero

Me echa al suelo con rostro altanero,

jAmf, su igual!

El tormento que quiebra los huesos,

Y del reo el histerico j ay !

Y el crujir de los nervios rompidos

Bajo el golpe del hacha que cae,

Son mi placer.

Y al rumor que en las piedras rodando

Hace, al caer,

Del triste saltando

La hirviente cabeza de sangre en un mar,

Alii entre el bullicio del pueblo feroz

Mi frente serena contemplan brillar,

Tremenda, radiante con jubilo atroz.

Que de los hombres

En mi respira

Toda la ira,

Todo el rencor:

Que a mi pasaron

La crueldad de sus almas impia,



236 JOSE DE ESPRONCEDA

Y al cumplir su venganza y la mia
Gozo en mi horror.

Ya mas alto que el grande que altivo

Con sus plantas hollara la ley

Al verdugo los pueblos miraron,

Y mecido en los hombros de un rey :

Y en el se harto,

Embriagado de gozo aquel dia

Cuando espiro;

Y su alegria

Su esposa y sus hijos pudieron notar;

Que en vez de la densa tiniebla de horror,

Miraron la risa su labio amargar,

Lanzando sus ojos fatal resplandor.

Que el verdugo

Con su encono

Sobre el trono

Se asento:

Y aquel pueblo

Que tan alto le alzara bramando,

Otro rey de venganzas, temblando,

En el miro.

En mi vive la historia del mundo

que el destine con sangre escribio,

Y en sus paginas rojas Dios mismo

Mi figura imponente grabo.

La eternidad

Ha tragado cien siglos y ciento,

Y la maldad

Su monumento

En mi todavia contempla existir;

Y en vano es que el hombre do brota la luz

Con viento de orgullo pretenda subir:

j Preside el verdugo los siglos aun !

Y cada gota

Que me ensangrienta,

Del hombre ostenta

Un crimen mas.



JOSE DE ESPRONCEDA 237

Y yo aun existo,
Fiel recuerdo de edades pasadas,
A quien siguen cien sombras airadas
Siempre detras.

j Oh ! i por que te ha entregado el verdugo,

TU, hijo mio, tan puro y gen til?

En tu boca la gracia de un angel

Presta gracia a tu risa infantil.

jAy! tu candor,

Tu inocencia, tu dulce hermosura

Me inspira horror.

j Oh ! <j tu ternura,

Mujer, a que gastas con ese inf eliz ?

jOh! muestrate madre piadosa con el;

Ahogale y piensa sera asi feliz.

<;Que importa que el mundo te llame cruel?

dMi vil oficio

Querras que siga,

Que te maldiga

Tal vez querras?

Piensa que un dia

Al que hoy miras jugar inocente,

Maldecido cual yo y delincuente

Tambien veras ! ! !

MARIANO JOSH DE LARRA

1809 1837

MARIANO JOSE DE LARRA, the son of a doctor, was born in Madrid but spent
the first eight years of his life at Bordeaux. He studied law but his want of
taste for it drove him into journalism. An unhappy marriage accentuated
his naturally pessimistic tendencies and, robbed of all his 'illusions, he exposes
with frank crudity the foibles and baseness of men. His two plays No mas
mostrador (1831) and Macias (1834) had little success, but though Larra
could not create characters, his shrewd powers of observation and mordant
sarcasm helped to inform his delineation of human character. Under various
pseudonyms such as Andres Niporesas, Figaro, etc. Larra wrote in El Pobre-
cito bablador (1832-1833) and La Revista espanola (1834). All his articles
are characterized by brilliant clearness of judgement and mocking melancholy.
Larra committed suicide at the age of twenty-eight.



238 MARIANO JOSfi DE LARRA

ARTfCULOS DE COSTUMBRES

Vuelva usted manana.

Un extranjero de estos fue el que se presento en mi casa, provisto
de competentes cartas de recomendacion para mi persona. Asuntos
intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos
vastos concebidos en Paris de invertir aqui sus cuantiosos caudales
en tal cual especulacion industrial o mercantil eran los motives
que a nuestra patria le conducian.

Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos,
me aseguro formalmente que pensaba permanecer aqui muy poco
tiempo, sobre todo, si no encontraba pronto objeto seguro en que
invertir su capital. Pareciome el extranjero digno de alguna con-
sideracion, trabe presto amistad con el, y lleno de lastima trate
de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre
que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Ad-
mirole la proposicion, y fue precise explicarme mas claro. Mirad,
le dije, monsieur Sans-delai, que asi se llamaba; vos venis decidido
a pasar quince dias, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
Ciertamente, me contesto. Quince dias, y es mucho. Manana por
la manana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia ;
por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la
noche ya se quien soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado
manana las presento fundadas en los dates que aquel me de,
legalizadas en debida forma; y come sera una cosa clara y de
justicia innegable (pues solo en este caso hare valer mis derechos),
al tercer dia se juzga el caso y soy dueno de lo mio. En cuanto a
mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto
dia ya habre presentado mis proposiciones. Seran buenas o malas,
y admitidas o desechadas en el acto; y son cinco dias; en el sexto,
septimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid ; descanso el
noveno; el decimo, tomo mi asiento en la diligencia, si no me con-
viene estar mas tiempo aqui, y me vuelvo a mi casa ; aun me sobran
de los quince cinco dias. Al llegar aqui monsieur Sans-delai, trate
de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacia
rato en el cuerpo, y si mi educacion logro sofocar mi inoportuna
jovialidad, no fue bastante a impedir que se asomase a mis labios
una suave sonrisa de asombro y de lastima que sus planes ejecu-



MARIANO JOSE DE LARRA 239

tivos me sacaban al rostro mal de mi grade. Permitidme M. Sans-
delai, le dije entre socarron y formal, permitidme que os convide a
comer para el dia en que lleveis quince meses de estancia en Madrid.
<;C6mo? Dentro de quince meses estais aqui todavia. <|Os
burlais? No por cierto. <|No me podre marchar cuando quiera?
j Cierto que la idea es graciosa ! Sabed que no estais en vuestro
pais active y trabajador. jOh ! los espafioles que han viajado por
el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal de su pais
por hacerse superiores a sus compatriotas. Os aseguro que en los
quince dias con que contais no habreis podido hablar siquiera a
una sola de las personas cuya cooperacion necesitais. jHiper-
boles ! Yo les comunicare a todos mi actividad. Todos os comu-
nicaran su inercia.

Conoci que no estaba el Sr. de Sans-delai muy dispuesto a dejarse
convencer sino por la experiencia, y calle por entonces, bien seguro
de que no tardarian mucho los hechos en hablar por mi.

Amanecio el dia siguiente, salimos, entrambos, a buscar un
genealogista, lo cual solo se pudo hacer preguntando de amigo en
amigo y de conocido en conocido: encontramosle por fin, y el
buen sefior, aturdido de ver nuestra precipitacion, declare franca-
mente que necesitaba tomarse algun tiempo, instosele, y por
mucho favor nos dijo defmitivamente que nos dieramos una vuelta
por alii dentro de unos dias. Sonreime y marchamonos. Pasaron
tres dias; fuimos. Vuelva usted manana, nos respondio la criada,
porque el sefior no se ha levantado todavia. Vuelva usted manana,
nos dijo al siguiente dia, porque el amo acaba de salir. Vuelva
usted manana, nos respondio el otro, porque el amo esta durmiendo
la siesta.

Vuelva usted manana, nos respondio el lunes siguiente, porque
hoy ha ido a los toros. <;Que dia, a que hora se ve a un espanol?
Vimosle por fin, y vuelva usted manana, nos dijo, porque se me
ha olvidado. Vuelva usted manana, porque no esta en limpio. A
los quince dias ya estuvo; pero mi amigo le habia pedido una
noticia del apelHdo Diez, y el habia entendido Diaz, y la noticia
no servia. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo,
desesperado ya de dar jamas con sus abuelos.

Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las re-
clamaciones.

Para las proposiciones que acerca de varies establecimientos y



240 MARIANO JOSE DE LARRA

empresas utilisimas pensaba hacer, habia sido precise buscar un
traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar
el traductor; de manana en mafiana nos llevo hasta el fin del mes.
Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con
la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento
oportuno para trabajar. El escribiente hizo despues otro tanto con
las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que
sepa escribir no le hay en este pais.

No paro aqui; un sastre tardo veinte dias en hacerle un frac, que
habia mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le
oblige con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora
necesito quince dias para plancharle una camisola, y el sombrerero,
a quien le habia enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos
dias con la cabeza al aire y sin salir de casa.

Sus conocidos y amigos no le asistian a una sola cita, ni avisaban
cuando faltaban, ni respondian a sus esquelas. jQue formalidad
y que exactitud! ,;Que os parece de esta tierra, M. Sans-delai?
le dije al llegar a estas pruebas. Me parece que son hombres
singulares.... Pues asi son todos. No comeran por no llevar la
comida a la boca.

Presentose con todo, yendo y viniendo dias, una proposicion de
mejoras para un ramo que no citare, quedando recomendada
eficacisimamente.

A los cuatro dias volvimos a saber el exito de nuestra pretension.
Vuelva usted manana, nos dijo el portero. El oficial de la mesa
no ha venido, dije yo entre mi. Fuimonos a dar un paseo, y nos
encontramos j que casualidad ! al oficial de la mesa en el Retire,
ocupadisimo en dar una vuelta con su senora al hermoso sol de los
inviernos claros de Madrid.

Martes era al dia siguiente, y nos dijo el portero: Vuelva usted
manana, porque el senor oficial de la mesa no da audiencia hoy.
Grandes negocios habran cargado sobre el, dije yo: como soy el
diablo y aun he sido duende, busque ocasion de echar una ojeada
por el agujero de una cerradura. Su senoria estaba echando un
cigarrito al brasero, y con una charada del Correo entre manos que
le debia costar trabajo el acertar. Es imposible verle hoy, le
dije a mi companero; su senoria esta en efecto ocupadisimo.

Dionos audiencia el miercoles inmediato, y jque fatalidad! el
expediente habia pasado a informe, por desgracia a la unica per-



MARIANO JOSfi DE LARRA 241

sona enemiga indispensable de M. y de su plan, porque era quien
debia salir en el perjudicado.

Vivio el expediente dos meses en informe, y vino tan informado
como era de esperar. Verdad es que nosotros no habiamos podido
encontrar empeno para una persona muy amiga del informante.
Esta persona tenia unos ojos muy hermosos, los cuales sin duda
alguna le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia
de nuestra causa.

Vuelto el informe se cayo en la cuenta en la seccion de nuestra
bendita oficina de que el tal expediente no correspondia a aquel
ramo; era precise rectificar este pequeno error; pasose al ramo,
establecimiento y mesa correspondientes, y hetenos caminando,
despues de tres meses, a la cola siempre de nuestro expediente,
como Huron que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni
vivo de la huronera. Fue el caso, al llegar aqui, que el expediente
salio del primer establecimiento y nunca llego al otro. De aqui
se remitio con fecha tantos, decian en uno. Aqui no ha llegado
nada, decian en otro. jVoto va! dije yo a monsieur Sans-delai;
<<sabeis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el
alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una
paloma sobre algun tejado de esta activa poblacion?

Hubo que hacer otro. j Vuelta a los empenos ! jVuelta a la prisa !
jQue delirio ! Es indispensable, dijo el oficial con voz campanuda,
que esas cosas vayan por sus tramites regulares. Es decir, que
el toque estaba como el toque del ejercicio militar, en llevar
nuestro expediente tantos o cuantos anos de servicio.

Por ultimo, despues de cerca de medio ano de subir y bajar, y
estar a la firma, o al informe, o a la aprobacion, o al despacho, o
debajo de la mesa, y de volver siempre manana, salio con una
notita al margen, que decia: "A pesar de la justicia y utilidad del
plan del exponente, negado." jAh, ah! M. de Sans-delai,
exclame riendome a carcajadas: este es nuestro negocio. Pero
monsieur de Sans-delai se daba a todos los oficinistas, que es como
si dijeramos a todos los diablos. ,;Pues para esto he echado yo mi
viaje tan largo? <; Despues de seis meses no habre conseguido sino
que me digan en todas partes diariamente: Vuelva V . manana, y
cuanto este dichoso manana llega, en fin, nos dicen redondamente
que no? <|Y vengo a darles dinero? <|Y vengo a hacerles favor?
Preciso es que la intriga mas enredada se haya fraguado para

K. S. R. 1"



242 MARIANO JOS DE LARRA

oponerse a nuestras miras. <[Intriga, M. Sans-delai? No hay
hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la
verdadera intriga; os juro que no hay otra: esa es la gran causa
oculta: es mas facil negar las cosas que enterarse de ellas.

***#*##*

Concluida esta filipica, fuime en busca de mi Sans-delai. Me
marcho, sefior Figaro, me dijo: en este pais no hay tiempo para
hacer nada ; solo me limitare a ver lo que haya en la capital de mas
notable. jAy ! mi amigo, le dije, idos en paz, y no querais acabar
con vuestra poca paciencia : mirad que la mayor parte de nuestras
cosas no se ven. ,;Es posible? ^Nunca me habeis de creer?
Acordaos de los quince dias....Un gesto de M. Sans-delai me indico
que no le habia gustado el recuerdo.

Vuelva V , manana, nos decian en todas partes, porque hoy no
se ve. Ponga usted un memorialito para que le den a usted un
permiso especial. Era cosa de ver la cara de mi amigo al oir lo
del memorialito : representabasele en la imaginacion elinforme, y
el empeno, y los seis meses, y...contentose con decir: soy extranjero.
jBuena recomendacion entre los amables compatriotas mios!
Aturdiase mi amigo cada vez mas, y cada vez nos comprendia
menos. Dias y dias tardamos en ver las pocas rarezas que tenemos
guardadas. Finalmente, despues de medio afio largo, si es que puede
haber un medio ano mas largo que otro, se restituyo mi recomen-
dado a su patria maldiciendo de esta tierra, y dandome la razon
que yo ya antes me tenia, y llevando al extranjero noticias ex-
celentes de nuestras costumbres, diciendo, sobre todo, que en seis
meses no habia podido hacer otra cosa si no volver siempre mafiana,
y que a la vuelta de tanto mafiana, enteramente future, lo mejor,
o mas bien lo unico que habia podido hacer bueno, habia sido
marcharse.

(jTendra razon, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto
que estoy escribiendo), tendra razon el buen M. Sans-delai en
hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? <;Sera cosa de que
vuelva el dia de mafiana a visitar nuestros hogares? Dejemos esta
cuestion para manana, porque ya estaras cansado de leer hoy:
si manana u otro dia no tienes, como sueles, pereza de volver a
la libreria, pereza de sacar tu bolsillo y pereza de abrir los ojos
para hojear las hojas que tengo que darte todavia, te contare
como a mi mismo que todo esto veo, y conozco y callo mucho mas,



MARIANO JOSfi DE LARRA 243

me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija
del clima y de otras causas, perder de pereza mas de una conquista
amorosa, abandonar mas de una pretension empezada, las es-
peranzas de mas de un empleo, que me hubiera sido acaso, con
mas actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por
pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales
que hubieran podido valerme de mucho en el trascurso de mi vida;
te confesare que no hay negocio que no pueda hacer hoy que no
deje para manana; te referire que me levanto a las once y duermo
siesta, que paso haciendo quinto pie de la mesa de un cafe, hablando
o roncando como buen espanol, las siete y las ocho horas seguidas;
te anadire que cuando cierran el cafe me arrastro lentamente a
mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo mas que una), y
un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y boste-
zando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas
noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector
de mi alma, te declarare que de tantas veces como estuve en esta
vida desesperado, ninguna me ahorque, y siempre fue de pereza.
Y concluyo por hoy confesandote que ha mas de tres meses que
tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el titulo de este
articulo, que llame Vuelva usted manana ; que todas las noches y
muchas tardes he querido, durante todo este tiempo escribir algo
en el, y todas las noches apagaba mi luz, diciendome a mi mismo
con la mas pueril credulidad en mis propias resoluciones : j Eh !
j manana le escribire ! Da gracias a que llego por fin esta manana,
que no es del todo malo; pero jay de aquel manana que no ha de
llegar jamas!

RAMON DE CAMPOAMOR
Y CAMPOOSORIO

1819 1901

RAM6N DE CAMPOAMOR, an Asturian, early abandoned his intention of
becoming a Jesuit and took up medicine; but, having independent means, he
was able to devote himself to politics and literature. He was an adroit versifier
and had moreover an extensive knowledge of the world. His wit, ingenuity
and sympathy with human emotion have made him popular both in and out
of Spain. As will be seen in his Humoradas there is a constant tart flavour in
Campoamor, but no corrosive bitterness. He mocks lightly rarely cynically

1 6 2



244 RAMON DE CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO

at human life, regarding it rather as a comedy of errors than a tragedy of
feeling. Campoamor's more ambitious poems are not as a rule successful.
They contain much ingenious reflexion, some philosophic interest and are
marked often by high technical accomplishment, but they rarely seize on
the imagination. It was by his Doloras (1846), Pequenos Poemas (1872-74),
and Humoradas (1886-88) thatCampoamor established his title to popularity;
some of the simpler pieces, such as "^Quien su-friera escribirf" being known
in every household in Spain.

AMAR AL VUELO

A la nina Asuncion de Zaragoza y del Pino.



Asi, nina encantadora,
porque tus gracias no roben
las huellas que el tiempo deja,
juega como nina ahora,
como nina cuando joven,
como joven cuando vieja.
For mis muchos desenganos
te ruego, Asuncion querida,
que ames mientras tengas vida
como amas a los seis anos. . .
justamente, de ese modo,
amando desamorada,
asi, no queriendo nada,
esto es, queriendolo todo;
anhelante y sin anhelo,
ya resuelta, ya indecisa,
pasa de la risa al duelo,
pasa del duelo a la risa,
asi, de prisa, de prisa,
todo al vuelo, todo al v uelo.

ii

Se amorosa y nunca amante,
lleva a la vejez tu infancia,
se constante en la inconstancia
o en la constancia inconstante;
que en amor creen los mas duchos,



RAMdN DE CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO 245

contra los que son mas locos,
que en vez de los pocos muchos,
valen mas los muchos pocos;
y cuando tu labio bese,
que formule un beso insapido,
inerte, estentoreo y rapido. . .
pues, asi, lo mismo que ese.
Nunca beses como loca,
besa como una loquilla,
jamas... jamas en la boca,
siempre, siempre en la mejilla;
ten presente que la abeja
queriendo entranar la herida,
la desventurada deja
entre la muerte la vida.



in



j Si ! si lo mismo que hoy eres
la hermosa entre las hermosas,
ser, mientras vivas, quisieres
dichosa entre las dichosas,
tal ha de ser tu divisa :
amar muy poco y de prisa,
como hacen las mariposas,
aunque no importa realmente
que ames infinitamente,
si amas infinitas cosas.



IV



Son tan cuerdos mis consejos

que me atrevere a jurarte,

por mis ojos que, aunque viejos,

aun, Asuncion, al mirarte,

aspiran a ser espejos,

que, aplicando estos consejos

a mi vejez, todavia

pienso curar, hija mia,

de mi corazon las llagas,

llagas j ay ! que no tendria,



246 RAMdN DE CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO

si yo hubiera hecho algun dia
lo que te aconsejo que hagas.



Para ver si es verdadero

lo que un apostol revela,

"que lo fijo es pasajero,

que solo es real lo cmevuela,"

tiende el rostro, hermosa nifia,

como ese cielo sereno,

ya al cielo, ya a la campina,

y veras de una mirada

que es lo mas rico o mas bueno

lo que vuela o lo que nada,

como la espuma en los mares,

en el cielo los fulgores,

el incienso en los altares,

en los arboles las flores,

los celajes en el viento,

en el viento los sonidos,

la vida en nuestros sentidos

y en la vida el pensamiento.



VI



Sigue el plan a que te exhorto,
amando al vuelo, hazte cargo
que el viaje es largo, jmuy largo!,
y el tiempo cor to, jmuy cor to!...
Se ligera, no traidora,
sopla el fuego que no abrasa,
quiere como el que no quiere;
sea siempre, como ahora,
tu llanto nube que pasa,
tu risa luz que no muere;
ama mucho, mas de modo
que estes siempre enamorada
de un cierto todo que es nada,
de un cierto nada que es todo.



RAM6N DE CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO 247

Si ries, olvida el duelo,
si lloras, pasa a la risa,
asi...de prisa, de prisa,
todo al vuelo, todo al vuelo.

LAS DOS LINTERNAS
A Don Gumersindo Laverde Ruiz.



De Diogenes compre un dia
la linterna a un mercader.
Distan la suya y la mia
cuanto hay de ser a no ser.

Blanca la mia parece,
la suya parece negra ;
la de el todo lo entristece,
la mia todo lo alegra.

Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira :
todo es segun el color
del cristal con que se mira.

ii

"Con mi linterna" el decia
"no hallo un hombre entre los seres."
jY yo que hallo con la mia
hombres hasta en las mujeres !

l llamo, siempre implacable,
fe y virtud teniendo en poco,
a Alejandro, un miserable,
y al gran Socrates, un loco.

Y yo j credulo ! entretanto,
cuando mi linterna empleo,
miro aqui y encuentro un santo,
miro alia y un martir veo.



248 RAM6N DE CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO

j Si ! mientras la multitud
sacrifica con paciencia
la dicha por la virtud
y por la fe la existencia,

para el virtud fue simpleza,
el mas puro amor escoria,
vana ilusion la grandeza,
y una necedad la gloria.

j Diogenes ! mientras tu celo
solo encuentra sin fortuna
en Esparta algiin chicuelo
y hombres en parte ninguna,

yo te juro por mi nombre
que, con sufrir el nacer,
es un heroe cualquier hombre
y un angel toda mujer.

in

Como al reves contemplamos
yo y el las obras de Dios,


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